miércoles, 3 de abril de 2019

LA VITA È BELLA

Imagen extraída de Google Imágenes
¡Hola chicxs! Como todas las semanas vengo con una nueva entrada y la verdad es que iba a hablar La vita è bella debido a que su trama se trata de una gamificación, un recurso que debemos utilizar para realizar un proyecto.
sobre otro tema, pero lo dejaré para cualquier otra semana. El motivo es que me he acordado de que el otro día en la clase de TIC estuvimos hablando de la famosa película

Esta filmografía fue estrenada en 1997 y escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni, quien ganó tres Oscar. Fue un gran éxito y lo sigue siendo a día de hoy, la película que nos acercó a la Italia de la Segunda Guerra Mundial y a los campos de concentración donde los nazis cometían masacres con un férreo discurso de odio. Roberto Benigni tomó el papel de Guido Orefice, un hombre italiano-judío que se mudó al municipio de Arezzo para poder obtener un buen puesto de trabajo. Conocerá a Dora, una profesora encantadora que lo enamorará desde el primer momento que la vio y Guido tratará de conquistarla con la frase de "Buenos Días, principessa". Sin embargo, Dora está comprometida con otro hombre, Rodolfo, (un cargo importante del gobierno de Mussolini), y, aunque Guido le agrada no le podrá corresponder. Como ya mencioné, la película trata de acercarnos a la situación política vivida en aquella época donde los nazis tenían cada vez más fuerza. Guido, debido a que es un hombre de personalidad alegre y chistoso, imitaba la manera de actuar de los soldados o sus discursos racistas. De igual manera se muestra en su trabajo, camarero en un hotel de lujo, donde conoce a personas importantes como un doctor, Lessing, con quien consigue crear una amistad debido a el interés por los acertijos de ambos. El día que Dora iba a contraer matrimonio con Rodolfo en el mismo hotel que trabajaba Guido, este le contó lo que sentía por ella y escaparon en un caballo frente a todos los invitados. A pesar de la escena tan bonita que es esta, al mismo tiempo, la película cuenta las primeras muestras de intolerancia de una parte de la población y el gobierno produciéndose protestas.

Seis años después, Guido y Dora ya han construido su familia y son padres de un niño llamado Giosuè. En este momento, Dora sigue en su ocupación de profesora, mientras que Guido pudo abrir una librería. A pesar de que son una familia feliz, en Europa se vive la Segunda Guerra Mundial, siendo Hitler y sus ideas los que dominaban la situación. Se hicieron cantidad de campos de concentración a los que llevaban a judíos, negros, homosexuales y cualquier persona que los nazis no consideraran pertenecientes de la raza Aria. Las fuerzas nazis llegaron a la casa de la familia cuando estaban preparando el cumpleaños de Giosuè, y los militares nazis se llevaron a Guido, al niño y a su tío. Dora no se encontraba en casa, pero cuando llegó y se encontró el panorama corrió a la estación donde llevaban a la gente que se dirigía a los campos de concentración y aunque no fuese judía, no le importó subir a ese tren con tal de recuperar a su familia. Sin embargo, cuando llegaron al sitio, separaron a los hombres y las mujeres, por lo que Dora fue con las otras mujeres. El tío de Guido fue enviado directamente a la cámara de gas, debido a su edad y a su estado de salud, pues no servía como mano de obra productiva. A Guido y Giosuè los llevaron con otros hombres y Guido trataba de convencer al pequeño de que aquella situación en realidad era un juego, en el cual si conseguía acumular mil puntos, conseguiría el premio: un tanque de guerra. No obstante, no iba a ser fácil y como en todos los juegos había unas normas: perderían puntos todos aquellos niños que llorasen, pidiesen chuches o comida o ir con su mamá. También se podían conseguir puntos, haciendo lo más importante del juego: esconderse de los guardias, quienes también quería esos puntos.

Tras contarle Guido de esta manera el juego a Giosuè y ofreciéndole la mayor recompensa, consigue que el niño acepte jugar. Consigue que el pequeño no se de cuenta de cual era la situación real y evitando que lo lleven a la cámara de gas. Los prisioneros van pasando por la consulta del médico, quien evaluará quien va y quien no va a la cámara de gas, y estando allí, Guido reconoce a su antiguo amigo el doctor. Este hombre decide no enviarlo a la cámara de gas y además lo recomienda para que trabaje como camarero en una fiesta que se hará en el campo de concentración. También le dice que tiene algo importante que hablar con él. Al acudir a la cena, Guido consigue llevar a Giosuè para que así se alimente en condiciones. Se reúne con el doctor para hablar con él con la esperanza de que pudiera salvarlos de aquel sufrimiento. Guido se decepcionó cuando el doctor simplemente le comentó un acertijo que quería resolver.

La guerra es ganada por los aliados y el ejército alemán corre a la retirada, pero antes querían acabar con todos los judíos que aún se encontraban en el campo de concentración retenidos. Conociendo el peligro que esto suponía, Guido le propone a Giosuè que se esconda y esté lo más callado y quieto posible, pues al día siguiente se elegía el ganador del carro de guerra y ellos que son los que van a la cabeza de la competición tiene que conseguir los puntos que le faltan hasta los mil. Guido esconde al niño y corre a buscar a Dora para poder escapar de allí todos juntos. Sin embargo, ante de conseguirlo, lo asalta un soldado alemán que lo fusila. Al día siguiente, y como había prometido su padre, ante los ojos de Giosuè aparece un tanque de guerra. Como el niño se pensaba que era su premio, salió a recibirlo. Era el ejército de Estados Unidos que llegó al campo de concentración para tomar el control. Un soldado al ver al niño lo sube al tanque, y, cuando va subido distingue a Dora, llamándola para contarle que ha ganado el juego. Para finalizar, aparece una larga de procesión de hombres y mujeres que sobrevivieron a la época que marchan a casa. Habla un hombre adulto diciendo: “esta es mi historia. Ese es el sacrificio que hizo mi padre. Aquel fue el regalo que tenía para mí”.

La vida es bella es una de mis películas favoritas, por lo que transmite, como lo transmite y como muestra la realidad de una familia en aquel horror que vivieron muchos. Muestra el sacrificio de un padre para que su hijo no note a lo que se está enfrentando en realidad y que no le atormente conocer cual va a ser su final. A pesar de la dificultad que supone todo ello, lo consigue, aunque eso le valiese la vida. Pienso que esta película es un reflejo de la vida real, en lo que se refiere el esfuerzo de los padres y madres para hacernos pasar los problemas a los demás de la mejor manera. Es de admirar esa labor para darnos una calidad de vida aunque a veces solo tengan obstáculos para conseguirlo y que al final, puedan darnos lo mejor que tienen.

2 comentarios:

  1. Tienes razón Lucía, la película esta bastante bien no solo por lo que se ve, sino también, por lo la idea que trata de representar en la que los padres tratan de darlo todo por sus hijos y protegerles de los peligros del exterior. En esta peli, podemos ver el daño que el fascismo infligió en las personas convirtiendo a unas en asesinos sin escrúpulos al servicio del duce, y a otras en cachos de carne deshumanizados a los que se les puede hacer todo lo que se quiera ya que no se les consideraba ni personas. Además, vemos los daños colaterales de una guerra, es decir, el daño que ésta inflige sobre gente, que , en verdad, no tenía nada que ver en ese conflicto, como es el caso del pequeño Giosué

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  2. Hola Borja! Pienso como tú. La película es maravillosa porque creo que muestra un antagonismo de sentimientos, el amor de una familia y el odio de los nazis hacia personas que no tenían culpa. Una verdadera masacre que impusieron a personas que entraban dentro de un patrón que ellos impusieron.

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